Jorge Ariel Madrazo

Poeta, narrador y traductor.

Ayer decías mañana

Editorial Ruinas Circulares

Quarks y Cuerpo Textual

Relato y poesía

lunes, 28 de enero de 2013


DOS POEMAS DE ELIDA MANSELLI (1941-2013)

BATALLA VERDE

En tanto te acercas batalla verde cortante.
Impulsas la orden de los mitos,
campaña lejana de aullidos dulces,
de caos suspendidos y de silencio...

¡ Desesperada misión tu pata en llamas!
Todo me impulsa
y vuelvo la cabeza a la caballería distante,
a los frentes sin sombras ni luces en la luna,
donde la materia era un trago perdido.
El hemisferio quebraba la membrana mejor,
la sangre se coagulaba
en las manchas violentas del siglo,

¡ Desesperada misión tu pata en llamas!
Desesperado galope de hierbas, matices y espejos
rasgando los latidos en el manantial reinante.
Yo tenía miedo en la paciencia.
Ascendía el agua mezclada de olores e infinito,
ojos, ojos para volcarse en llamas
como una serpiente desplazada cada día.


*
CANTO PRIMERO

Caballo alazán
canto asirio en las ventanas del mundo.
Yo tengo solamente ríos en tu frente, que van del lago relieve a
la cintura de mi razón.
Cuando salían las embarcaciones, los puertos te dejaban su paz
y allí olías el terror desnudo del océano y allí dios te arrancaba
de tu sueño ligero.

Pasaron vientos diversos por tu espacio entre tanto sueño virgen.
Llegaste…
si lograbas recordar.
El hombre salía de su armadura y en las velas del viento dejaba
pasar su puerta.
Un paso en la greda, donde infinitos destinos se cruzaban, como
el ave de barro.
¡Que nube pesada calló sobre mí!
Tomé el color de los carros que había visto en mi infancia,
Flechas Babilonia.
¿Qué nube, cuando recobré la atmósfera surgió de las
sombras?
Desembarqué…
si lograba recordar cruzadas, fortalezas,
cansancio, odio, espuma.
Los rasgos de los tiempos me quedaban marcados, grabé día y
noche el nuevo rastro.
Yo, que entré en los cañadones perdido por la dulzura del aire y
no pude escapar al cielo, con la lanza en mi costado cruzando la
aurora.
Pude dormir porque todo lo crucé, galopando como un diablo
coronado de escamas cobrizas.
En el valle la tribu descansaba y yo bebía de todos los inciensos
ángeles.
Me alisté para la guerra en la flor de aire, para los conjuros en
voz baja y aquellos alaridos, aquellos tambores…
Después el sudor cayó sobre mi anca con las últimas luces
buenas.

Silencio vastedad…
el trueno que de noche me quiebra es
alivio y templo parta mi sencilla sed.
Porque encontré el eslabón de la verdad.
Si lograra recordar aquel canto.

lunes, 21 de enero de 2013



EL GATO DEL POETA...


EL gato del poeta
william carlos williams
adelanta una pata sin hueso
y otro mundo danza
simultáneo
al irreal mundo presente.
En lo invisible de lo visible
danza otro mundo
danzan
soles o arcángeles de la locura.
Y mirás la araña milimétrica, la
cerámica negra
pornográfica muñeca
souvenirs de chile o tombuctú,
papeles travestidos en lánguido
orden
tu hueso que plañe cuando hay
humedad.

En un susurro de louis jouvet o un dístico
del dante:
otro mundo danza simultáneo
al visible mundo irreal.
El alud de las nubes te fuerza a aceptar
la índole humana, cortázar
y sus erres:
¿Si de repente renacieras hormiga?

Otro mundo danza y danzará
y sucede cada cosa (si sucede)
en otro mundo donde
crucial humanito
degollás
tu carótida tu párpado en el viento.

(Jorge Ariel Madrazo - del libro "Ayer decías mañana", Ruinas Circulares, 2012)

lunes, 10 de diciembre de 2012

No sueñes poeta




No sueñes poeta,
Escucho a Benedetti, lo leo, lo miro, lo disfruto
Acaricio a Cortazar, lo siento, me enamoro y lo celo
Vuelo a Girondo, me hundo en el  y me apasiono
Más nunca le escribo a un hombre real
Por que los hombres reales no ameritan poesías
La verdad es, que le escribo a Julio, a Oliverio, a Mario y tantos otros
A ellos que temblaron en mi lecho sin tocarme
Que me amaron sin amarme
Que inseminaron en mí,
Todos los sueños,
El sueño
Le escribo a aquel que no besé en Paris
Al del gato en mi ventana
Al que alumbró mis letras con su sombra
Y dibujó su boca en mis poemas
Al que envolvió mis piernas con su voz
Y me hizo caer de rodillas de solo pensarlo
No,
Nunca le escribo a un hombre real
Los hombres reales no ameritan poesías
Les escribo a ellos,
A todos

Y a ninguno

©Mercedes Mayol
Copyright Buenos Aires
06-12-2012

domingo, 9 de diciembre de 2012

EL


EL rayo azul en el teléfono
seré las fauces seré de la sed
el cántaro seré bajo los oros de la
leche el jadeo seré
de los soldados que agonizan
en la estepa en Rusia,
el frenesí seré, la mano desencarnada por
la oscuridad.
Seré el malamparado que las madres temen
el que te amará un invierno como
nadiejamás.
Seré el que no dormirá por inventarte
en la brusca noche seré los ojos
que te harán sollozar.

No me hallarás en el sótano en el alcanfor.
Temblaré en el pórtico de las desapariciones.
Viviré en tu sueño Y cuando no me sueñes
acaso sea
que Aire no moje ya mi boca.
Pero ella igual seguirá cantando
mismamente
todos los siglos por morir
la sorda música invisible de
tu nombre.

OSOS


OSOS o bandidos, no sabés
quién te asaltará desde lo oscuro
en esta carretera hacia el más puro
olvido
la peor del universo,
poblada por tus seres queridos,
poblada por muñones y caballos congelados
que claman al cielo bajo la eterna nieve, esta
carretera tendida hacia el verso
imposible que anhelás.
Y su piedra caliza vuelta lodazal.
Y el temporal
que nada deja ver
por lo cual

la pistola extraés
los cartuchos extraés de la gelinita de tu alma
y los bandidos, sus gruesas pieles polares:
observás cómo atraviesan la carretera, la peor
que cualquier luna pueda
iluminar
y transpirás como un condenado
a mil grados
bajo cero.
Bultos blancos invaden tus pupilas,
disparás sin mirar hacia adelante, hacia el pasado,
con deseo con sales marinas con furia loca
con ambos brazos disparás.

(Sólo logras herir a tus seres queridos
La carretera renace de si misma.
Los bandidos reparten tus pedazos).


NO los veíamos, a esos perros gemidores
Del inframundo, esos xolotlzcuintles
Cuyas heridas sanaban con sólo humedecerlas.

No los veíamos mas allí estaban, dentro
De nosotros, caminando con nuestros pasos,
Sangrando nuestra sangre con aroma de incienso.

¿Nos guiaban talvez al infierno, a un cielo del revés,
A nuestros huesos descarnados, a nuestra desmemoria?
Eran calientes, su cuero sin pelos nos encendía el corazón.

Ahora, aquí abajo velan nuestras armas, quieren despertarnos
Para acudir donde Xólotl, el guardián de esta rara comarca
Pero sólo deseamos descansar, hemos sufrido demasiado.

No nos platiquen ya de mujeres de muslos de lino
No nos recuerden el Sol cuyo carro rueda en la alta esfera
Nadie de aquí nos moverá. A nosotros, los guerreros de la nada.

(Villahermosa, México, 2008 - Para el poeta Roberto Arizmendi)

EDIFICAN


EDIFICAN la casa las larvas del olvido
patios laberintos edifican
donde hombres a caballo quítanse
el sombrero
sentados en torno del asado mi mujer
ofrenda sus pupilas el vino ofrenda
de la serenidad
por lo cual
la casa alumbran las larvas de la bruma
hiende ya las nubes su viga maestra
garras colmillos
edifican edifican
las larvas de la lentitud
la cama edifican donde
ella ya no está no podrán
las larvas con ella edifican
un mundo alrededor
un vacío donde mundo había
edifican edifican

las larvas de la náusea
ah larvas constructoras
del yacimiento del estaño de la
irrealidad
edifican edifican el alma el
residuo claman
a coro las larvas del olvido:

somos los cantos que debiste haber cantado
permanecemos sin pausa
te aguardamos
te aguardamos
en el fondo de tu corazón48